logo
CAZURRINES TV TEMPORADA 4 - PROGRAMA 190 - 18 de Mayo 2014 - Especial El Santo Grial está en San isidoro, León, Spain
18May

El Santo Grial está en San Isidoro, León. Unos pergaminos recientemente hallados en El Cairo demostrarían que el conocido hasta ahora como cáliz de Doña Urraca es en realidad el Santo Grial. Entrevistamos a Margarita Torres Sevilla-Quiñones, experta medievalista, profesora de Historia Medieval en la Universidad de León y cronista oficial de la ciudad de León.

VIERNES 16 de MAYO a las 23:00h y 00:30h
DOMINGO 18 de MAYO a las 12h de la noche
LUNES 19 de MAYO a las 12h del mediodía

CAZURRINES TV (www.cazurrines.es, info@cazurrines.es), programa de televisión escrito, producido, dirigido y presentado por OCHO y medios (www.ochoymedios.es, info@ochoymedios.es)
CONTRATACIÓN: info@ochoymedios.es
Una PRODUCCIÓN de OCHO y medios (www.ochoymedios.es, info@ochoymedios.es)

www.cazurrines.es
info@cazurrines.es
www.facebook.com/CazurrinesMorningShow
www.twitter.com/Cazurrines

Una investigación histórica descubre que el cáliz de Doña Urraca es la copa de la Última Cena:
El Santo Grial está en León. La reliquia más importante de la cristiandad lleva mil años en San Isidoro, tras recorrer más de 5.000 kilómetros en un arriesgado viaje. La copa de la que bebió Jesucristo en la Última Cena es una de las joyas del museo, donde siempre ha estado a la vista y, sin embargo, ha pasado ‘desapercibida’ como el cáliz de doña Urraca, un objeto admirado por sus gemas preciosas y el espléndido trabajo de orfebrería.

Una investigación histórica resuelve ahora uno de los mayores enigmas de la Humanidad. La biblioteca cairota de la Universidad de Al-Azhar, fundada en el año 975 y convertida en un gran centro de conocimiento por el sultán Saladino, guardaba un secreto que durante siglos historiadores, fanáticos de la religión y escritores han tratado de desentrañar sin éxito.

Si existen las casualidades, el destino hizo que la medievalista leonesa Margarita Torres Sevilla, junto al historiador del Arte José Miguel Ortega del Río, conocieran la existencia de unos raros pergaminos conservados en El Cairo. Pero no fue la primera pista. Cuando la cronista de León ‘barrió’ San Isidoro hace cuatro años con un georradar en busca de las construcciones que se esconden bajo los cimientos, le llamó la atención, como si la contemplara por primera vez, un arca egipcia con una inscripción que, como se cercioró entonces, no había sido bien traducida. Las primeras pesquisas llevaron a los dos investigadores hasta Egipto, donde consultaron con expertos sobre esta enigmática caja de plata expuesta al público en la ‘sala de los tesoros’ de la colegiata y que menciona a un emir del siglo XI.

La clave egipcia:

Los legajos conservados en El Cairo relatan el lugar donde permaneció la Copa de Cristo y su traslado final a España. El Santo Grial lo custodió la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén hasta su destino definitivo: León. Las continuas guerras en la ciudad santa provocaron el saqueo de esta iglesia, centro de veneración católica. Fue así como el cáliz cayó en manos del califa fatimí que reinaba en Egipto. Los fatimíes entraron en el país del Nilo en el año 972, donde fundaron una nueva capital a la que llamaron al-Qáhira (El Cairo), que significa ‘La Triunfante’. Mientras Margarita Torres husmeaba en la Biblioteca de la Universidad de Al-Azhar, en la calle tenían lugar las cruentas batallas de la llamada Primavera Árabe. Tres años después, está a punto de ver la luz el ensayo Los reyes del Grial (Editorial Reino de Cordelia), libro que documenta uno de los grandes de descubrimientos de la Historia.

«A partir del insospechado hallazgo —gracias a la intermediación del arabista Gustavo Turienzo Veiga, buen conocedor de las fuentes medievales—, la posibilidad de demostrar desde dónde y cómo llegó a España el Cáliz de Cristo nos llevó por el camino de la asepsia científica para poder ofrecer al lector sólo aquellas informaciones objetivas que sirvieran para apoyar tan extraordinario descubrimiento», explican los autores en la introducción de Los reyes del Grial, cuyo texto pretende ser definitivo, lejos de las leyendas sobre templarios y guardianes de la copa de la Última Cena que han alimentado durante siglos la literatura y el cine. Un día del año 1054 o 1055 el califa fatimí entrega la Copa del Poder, como una prueba de amistad, al emir de la taifa de Denia, quien a su vez deseaba congraciarse con el monarca más importante de la cristiandad hispana del momento: Fernando I El Magno (1037-1065), quien se convirtió en rey de León tras el asesinato de su cuñado Vermudo III en la batalla de Tamarón. Es posible que el Grial no fuera un obsequio aislado y que en el mismo ‘lote’ llegara, entre otros presentes, el gallo de la veleta —que ha quedado demostrado que es de origen persa-sasánida y anterior al siglo VII—.